En verdad que da gusto escuchar a alguien hablar con mucho amor a su patria. ¿Quién no va a sentir orgullo por el país que lo vio nacer? Sólo aquel que olvida dónde fue que le cortaron el cordón umbilical, que en el ombligo lleva la huella para siempre y la nacionalidad del país donde tu ojos vieron por primera vez la luz, la nación que te cobija y te ofrece todo lo bueno que tiene. Por eso da tristeza saber que hay quienes no creen en su país, que no creen en el esfuerzo de los demás, que se quedan en la mediocridad, que sus aspiraciones y sus ambiciones son tan pobres que no intentan nada para que las cosas cambien convirtiéndose en una traba para el país matando un buen futuro antes ser concebido.
Llevar los colores de nuestra bandera en el corazón, el estar orgullosos de nuestra tierra, el sentir la piel erizada cuando escuchamos el himno que nos representa, todo esto hace que luchemos por un sitio mejor, por un lugar en el mundo, porque nuestro país no sólo sea un punto en el universo sino que sea el que marque la diferencia por sus raíces, por su riqueza, por su gente y sobre todo por su lucha por el progreso y el bienestar.
Sintamos con fuerza la tierra en nuestras manos, en nuestros oídos el caminar de nuestros antepasados y en nuestra sangre que corra el amor a nuestra patria.
Por: Carla
Colaboradora
D.F., México
Muchas gracias Carla por el post.
Muy cierto.
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